viernes, 23 de marzo de 2012

Cuidados paliativos de la boca terminal...



Los cuidados paliativos son definidos por la Organización Mundial de la Salud como "aquel cuidado activo total de los pacientes cuya enfermedad no responde ya al tratamiento. Tiene prioridad el control del dolor y de otros síntomas y problemas de orden psicológico, social y espiritual. El objetivo de los cuidados paliativos es proporcionar la mejor calidad de la vida para los pacientes y sus familiares" (Pessini, 2006)

Nosotros, profesionales de la enfermería, y por tanto, administradores y ejecutores de los cuidados de nuestros paciente, es en esta situación en la que nuestro papel es fundamental. En este caso, he querido centrar esta reflexión en los cuidados de la boca porque considero que no se le presta demasiada atención a esta zona del cuerpo, y considero que también debe de formar parte de la valoración y el tratamiento integral del paciente por parte de la enfermera en este tipo de situaciones tan delicada.


Las características generales de los cuidados paliativos son:
  • Alivian el dolor y otros síntomas angustiantes
  • Afirman la vida y consideran la muerte como un proceso normal
  • No intentan ni acelerar ni retrasar la muerte
  • Integran los aspectos psicológicos y espirituales del cuidado del paciente
  • Ofrecen un sistema de apoyo para ayudar a los pacientes a vivir tan activamente como sea posible hasta la muerte;
  • Ofrecen un sistema de apoyo para ayudar a la familia a adaptarse durante la enfermedad del paciente y en su propio duelo
  • Utilizan un enfoque de equipo para responder a las necesidades de los pacientes y sus familias, incluido el apoyo emocional en el duelo, cuando esté indicado
  • Mejoran la calidad de vida, y pueden también influir positivamente en el curso de la enfermedad
  • Pueden dispensarse en una fase inicial de la enfermedad, junto con otros tratamientos que pueden prolongar la vida, como la quimioterapia o la radioterapia, e incluyen las investigaciones necesarias para comprender y manejar mejor complicaciones clínicas angustiosas.
En relación a la boca, los cuidados que debemos de realizar con el paciente terminal son los siguientes:
  1. Los objetivos principales que determinan este tipo de cuidados comprenden:
    1. Prevención del dolor en la boca
    2. Mantenimiento de la mucosa y labios húmedos, limpios, suaves e intactos haciendo prevención de infecciones y aumentando el confort.
    3. Eliminar la placa bacteriana y restos alimentarios
    4. Evitar preocupaciones, molestias innecesarias y aislamiento social
  2. Las recomendaciones y cuidados que vamos a llevar a cabo son los siguientes:
    1. Cepillo infantil suave tanto para los dientes como para la lengua. Es el utensilio más eficaz.
    2. Torunda o el dedo índice para eliminar la placa. En principio es menos efectivo, pero resulta más cómodo y facilita la humidificación.
    3. Masticar piña o chicle sin azúcar, ya que así se favorece la salivación e hidratación de la mucosa.
    4. Para humidificar, pequeños sorbos de agua, zumos, infusiones,... para estimular la salivación. En el caso de pacientes terminales, se recomienda utilizar una solución realizada con vaselina líquida, limón, manzanilla y hielo.
    5. Para eliminar el sarro, se utiliza peróxido de hidrógeno
    6. Como antiséptico, siempre utilizar Clorhexidina (0,2%) en pequeñas cantidades cada 12 horas.
    7. Utilización ante úlceras bucales dolorosas, anestésicos locales.
    8. Detección precoz de la candidiasis. 
    9. Cuidados especiales de las prótesis dentales.
    10. Gargarismos de povidona yodada al 7,5% en los casos de halitosis por boca séptica y/o neoplasia oral
"TODO NO SE PUEDE CURAR, PERO SÍ CUIDAR HASTA EL FINAL"

BIBLIOGRAFIA

  1. Pessini L, Bertachini L. Nuevas perspectivas en cuidados paliativos. Acta bioeth  [revista en la Internet] 2006  [acceso 23 de Marzo de 2012]; 12 (2): 231-242. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-569X2006000200012&lng=es 
  2. Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre Cuidados Paliativos. Guía de Práctica Clínica sobre Cuidados Paliativos. Madrid: Plan Nacional para el SNS del MSC. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del País Vasco; 2008. Guías de Práctica Clínica en el SNS: OSTEBA Nº 2006/08. Disponible en:  http://www20.gencat.cat/docs/canalsalut/Home%20Canal%20Salut/Professionals/Temes_de_salut/Atencio%20al%20final%20de%20la%20vida/documents/e_06_08_Cuidados_Paliat.pdf 
  3. Asociación Española contra el Cáncer [sede Web]. Madrid: AECC; [actualizada el 21 de Marzo de 2012, acceso el 23 de Marzo de 2012]. Disponible en:  https://www.aecc.es/Paginas/PaginaPrincipal.aspx
  4. World Health Organization. Ginebra: OMS; [actualizada el 14 de Marzo de 2012, acceso el 23 de Marzo de 2012]. Disponible en:  http://www.who.int/es/

La asistencia sanitaria desde el punto de vista geriátrico...

     Hoy en día, estamos acostumbrados a que cualquier suceso repentino que pueda afectar a nuestra salud o a nuestro entorno más cercano, debemos de acudir al servicio de Urgencias del cualquier hospital. Creo que , todos los usuarios del sistema público de salud deberíamos de tener conciencia del uso de los recursos que tenemos, y por tanto, antes de acudir a cualquier servicio de urgencias, lo primero es valorarse a sí mismo y decidir el recurso necesario.

     En referente a la población anciana, debemos tener en cuenta que la principal característica de la enfermedad aguda en el anciano es la tendencia a la incapacidad, y por tanto, el objetivo principal de la asistencia sanitaria es la prevención o el retraso de su deterioro funcional.
      Los distintos servicios y equipos geriátricos que existen en la actualidad son:

  • Unidades geriátricas de agudos
  • Unidades geriátricas de recuperación funcional (unidades de media estancia)
  • Hospital de Día geriátrico
  • Equipos interconsultores hospitalarios
  • Hospitalización a domicilio
  • Además de contar con los servicios de urgencias, hospitales de agudos, centros de atención primaria.
      Bajo mi punto de vista, creo que es importante que exista una correcta relación entre los distintos dispositivos asistenciales para ofrecer al paciente geriátrico una asistencia sanitaria de calidad. No sólo nos tenemos que concienciar los profesionales de la salud, sino a los propios pacientes y a sus cuidadores, principales usuarios del sistema sanitario, indicándoles en las posibles situaciones que les puedan surgir, dónde deben de acudir.


      Gracias a los avances tecnológicos y a las investigaciones biomédicas, la salud de la población ha mejorado en cuestión de esperanza de vida, calidad, etc..., pero ¿realmente disponemos de los recursos sanitarios pertinentes para una futura geriatrización de la población?, ¿podremos ofrecer una asistencia sanitaria de calidad y equitativa a los pacientes?.  

BIBLIOGRAFIA:

  1. Tratado de Geriatría para residentes [Internet]. Madrid: Sociedad Española de Geriatría y Gerontología [acceso 22 de Marzo de 2012]. De Fernández M, Solano JJ. Niveles asistenciales en geriatría. Disponible en: http://www.segg.es/download.asp?file=/tratadogeriatria/PDF/S35-05%2006_I.pdf

jueves, 22 de marzo de 2012

Cáncer de próstata y prevención...


     El escuchar el término cáncer, hoy por hoy, nos genera un temor y pensar que la persona que lo tiene, morirá en poco tiempo, pero actualmente, debemos hacer una reflexión sobre la prevención que se lleva a cabo por parte de equipos multidisciplinares con los pacientes que se encuentran en una situación de riesgo potencial de poder sufrir este tipo de patología. 

     Actualmente, el cáncer de próstata está considerado como "uno de los problemas médicos más importantes a los que se enfrenta la población masculina". Hoy por hoy, en Europa se dispone de una incidencia de 214 casos nuevos de cáncer de próstata por cada 1000 habitantes; y además constituye "la segunda causa de mortalidad por cáncer en los varones". Las mayores cifras se centran sobre todo en varones de edad avanzada en países desarrollados, como es en el caso de España, simplemente debido a que la proporción de ancianos es mayor que en los países en vías de desarrollo dónde la esperanza de vida es menor que la española.


     Lógicamente, como todo tipo de patología, dispone de factores de riesgo, que en el caso de que en un individuo se den, tiene una mayor probabilidad de padecerlo. Entre ellos se destacan tres: edad (avanzada), etnia y carácter hereditario. Además existen factores exteriores que pueden aumentar la susceptibilidad de padecer carcinoma de próstata como son: alimentación, alcohol, conductas sexuales, exposición laboral, radiaciones ultravioleta,...



     El screening y la detección precoz del carcinoma de próstata tiene su principal base en el carácter hereditario de la patología, por ello, pacientes que tengan familiares, sobre todo de primer grado afectados, hay que hacer especial hincapié en este tipo de acciones preventivas, con dos objetivos principales: REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y LA CALIDAD DE VIDA
     El profesional de enfermería debe ser aquel profesional en el que el paciente se apoye y confíe; aquel que le pueda ofrecer toda la información que precise durante todo el proceso, desde la primera entrevista hasta el último momento del proceso; aquel que le proporcione intimidad en un momento delicado; y aquel profesional que ante toda circunstancia, se encuentra al lado del paciente, valorando al paciente desde una triple perspectiva biopsicosocial.

     Hoy en día, en el diagnóstico precoz del cáncer de próstata, se llevan a cabo tres pruebas principales:
  1. Tacto rectal: palpación de la próstata a través del recto
  2. Determinación del Antígeno Prostático Específico (PSA): no es un marcador tumoral, sino que registra la actividad de las células epiteliales de la próstata. Si está elevado, quiere que puede encontrarse en un proceso neoplásico u otro proceso. Sí que su valor se relaciona con el riesgo de poder padecer carcinoma de próstata
  3. Biopsia de próstata: prueba complementaria a las dos anteriores.
     Los programas de detección precoz de este tipo de patologías considero que es muy importante. En primer lugar, porque son procesos muy complejos y caros de tratar en estadios avanzados, y en segundo lugar porque se intentan cumplir con los objetivos marcados más arriba, sobre todo, mantener o aumentar la calidad de vida del paciente. Cada vez los tratamientos son más avanzados y menos invasivos, y siempre preservando la autonomía del paciente y su estado de salud, en mayor o menor medida afectado.

     Además, considero que la figura del profesional de enfermería es esencial en estos programas. El profesional de enfermería es el profesional que está mayor tiempo en contacto con el paciente, y es el que, a través de una correcta valoración inicial y de seguimiento, y de unas recomendaciones durante el proceso, llevará a cabo la prevención de cualquier patología, aspecto fundamental en la enfermería del siglo XXI.


BIBLIOGRAFIA:
  1. Heidenreich A, Bolla M, Joniau S, et al. Guía clínica sobre el cáncer de próstata.1ª ed. Netherlands: 2010. Disponible en:  http://www.aeu.es/UserFiles/01-GUIA_CLINICA_SOBRE_EL_CANCER_DE_PROSTATA.pdf
  2. Ferrís-i-Tortajada J, Berbel-Tornero O, García-i-Castell J, López-Andreu J.A., Sobrino-Najul E, Ortega-García J.A. Factores de riesgo ambientales no dietéticos en el cáncer de próstata. Actas Urol Esp  [revista en la Internet]. 2011 [consultado 21 de Marzo de 2012];  35 (5): 289-295. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0210-48062011000500007&lng=es


miércoles, 21 de marzo de 2012

Incontinencia urinaria... un verdadero problema

   
     La incontinencia urinaria se considera como uno de los síndromes geriátricos más frecuentes en la población anciana, y definida como una "situación en que la pérdida involuntaria de orina a través de la uretra genera un problema higiénico y social, que se puede demostrar objetivamente" (Morilla, 2007).

     
     La incontinencia urinaria, como en muchas ocasiones pensamos, no son simples escapes de orina, sino que acarrean multitud de aspectos que afectan a la calidad de vida de nuestro paciente, limitando su propia autonomía con graves repercusiones psicológicas y sociales, y además, aumentando el gasto sanitario. Algunas de estas repercusiones son: pérdida de autoestima, ansiedad, depresión, aislamiento, infecciones urinarias, úlcera cutáneas, caídas,...

    
    Se considera que entre un 10 y un 15% de los ancianos mayores de 65 años sufren incontinencia, llegando hasta un 60% en aquellos pacientes geriátricos institucionalizados. Estas cifras tan altas nos indican que la incontinencia es un verdadero problema en nuestro entorno y que como profesionales de enfermería debemos actuar lo más precozmente posible.

     Para poder actuar con la mejor de las praxis, un buen profesional de enfermería debería realizar una valoración exhaustiva:
  • Antecedentes personales: historia ginecológica, cirugía pélvica previa, patología neurológica, osteoarticular, alteración visual
  • Consumo de fármacos
  • Valorar la capacidad física e intelectual del paciente (escala de Pfeiffer)
  • Valorar su funcionalidad para las Actividades de la Vida Diaria (AVD), (escala de Barthel)
  • Valorar si percibe la necesidad de micción y cómo la percibe
  • Valorar las pérdidas de orina y las situaciones en las qué se produce
  • Valorar movilidad
  • Valorar la ingesta de líquidos (en muchas ocasiones, los propios pacientes para evitar el escape postmiccional piensan que reduciendo el consumo de liquidos se soluciona, pero existe evidencia que demuestra lo contrario)
  • Valorar obesidad y sobrepeso
  • Realizar un diario miccional
     Nosotros, como profesionales sanitarios también podemos contribuir a la mejora de la calidad de vida de nuestros pacientes con determinadas recomendaciones, no por ello, menos importantes que un puro tratamiento con pastillas o con un sondaje vesical. Nuestras recomendaciones siempre son complementarias al régimen terapéutico y que aumentan las tasas de curación y de calidad de vida, por tanto, otorgando a nuestros pacientes un mayor grado de salud y de autonomía. Algunas de nuestras recomendaciones son:
  • Utilizar ropas que dispongan de sencillos mecanismos de apertura
  • Disminuir el consumo de estimulantes (café, té,...)
  • Modificar el patrón de ingesta de líquidos por la tarde-noche
  • Revisar y/o modificar el tratamiento farmacológico
  • Disminuir las barreras arquitectónicas para el acceso al WC
  • Disponer de orinal y cuña si fuera preciso
  • Ejercicios de suelo pélvico:
    • Son los denominados ejercicios de Kegel.
    • Consisten en la contracción repetida de los músculos del suelo pélvico para incrementar la resistencia de suelo pélvico.
    • Recomendación: 3 - 4 sesiones /día (25 - 30 repeticiones / sesión)
  • Ejercicios de entrenamiento vesical:
    • Consiste en el reestablecimiento del hábito miccional voluntario, mediante micciones programadas. 
    • Objetivo: conseguir una micción cada 2-3 horas por el día, y 1-2 micciones por la noche.
ANEXOS: en esta sección os quiero dejar unos videos que muestran la realización de los ejercicios que se han comentado anteriormente (Ejercicios de Kegel)


BIBLIOGRAFÍA:
  1. Tratado de Geriatría para residentes [Internet]. Madrid: Sociedad Española de Geriatría y Gerontología [acceso 20 de Marzo de 2012]. De Verdejo C. Incontinencia y retención urinaria. Disponible en: http://www.segg.es/download.asp?file=/tratadogeriatria/PDF/S35-05%2014_II.pdf
  2. Morilla JC. Guía de Atención a pacientes con Incontinencia Urinaria. 3ª ed. Málaga: Servicio Andaluz de Salud; 2007. Disponible en:  http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_402.pdf







domingo, 18 de marzo de 2012

La disfagia... ¿sinónimo de desnutrición?

     La disfagia se define por la "presencia de dificultad para tragar o deglutir alimentos sólidos, aunque en ocasiones, también se puede manifestar con alimentos líquidos". Este término no hay que confundirlo con odinofagia, que es la presencia de dolor al deglutir. 

     Actualmente, los profesionales de salud, disponemos de suficientes herramientas para establecer un correcto estado nutricional al paciente, pero no esto no siempre ha sido así. Durante los últimos 50 años, el mundo de la atención nutricional y del tratamiento de este tipo de pacientes ha mejorado notablemente, con la creación de distintos abordajes terapéuticos, así como tipos de nutrición, enteral (a través de la vía digestiva) o parenteral.



 La disfagia, a parte de suponer un factor de riesgo para la desnutrición del paciente, en este caso, de edad avanzada, puede provocar complicaciones, algunas tan graves y frecuentes como la BRONCOASPIRACIÓN (paso del alimento a la vía aérea), dónde la actuación del personal de enfermería y facultativos médicos debe ser rápida y eficaz, ya que en pocos minutos se puede producir el fallecimiento del paciente.



     Como llevamos citando durante todo el blog, la valoración del profesional de enfermería tanto al ingreso como durante la estancia en la institución que sea ES PRIMORDIAL, además de ser una patología con una alta presencia en las personas de edad avanzada, que llega incluso al 78%. Los síntomas que pueden presentar son, entre otros:

  • Dificultad para iniciar la deglución
  • Dificultad para manipular los alimentos sólidos y líquidos en la boca
  • Regurgitación hacia la nariz
  • Tos
  • Cambios en la calidad del habla.
     


     
     El tratamiento que mejores resultados ofrece a nuestros pacientes, es el tratamiento multidisciplinar, por ello, deberemos de tratar la patología desde puntos de vista de enfermería, nutrición, médico,..., pero los objetivos que se debería de plantear y llegar a un consenso deben ser:
  1. Conseguir un buen estado nutricional
  2. Disminuir la broncoaspiración con dieta oral
  3. Disminuir otras complicaciones asociadas
  4. Valorar suplementos
  5. Valorar otras vías de alimentación, en el caso en que la alimentación por vía oral esté contraindicada.
     ¿Qué medidas como profesionales de enfermería podemos adoptar para conseguir nuestros objetivos en pacientes con disfagia?
  • Evitar elementos de distracción durante la alimentación
  • Postura erguida, con ligera flexión anterior del cuello
  • Realizar una adecuada limpieza bucal pre y post-ingesta
  • Iniciar con cantidades pequeñas. Oler y probar ya que la alimentación debe estar adaptada a los gustos del paciente
  • Dar el tiempo suficiente y no reprimir la tos
  • Seleccionar los alimentos con texturas, consistencias, sabor y temperaturas adecuadas.
  • Instruir a familiares y cuidadores.


ANEXOS: Debido a que la disfagia es un problema muy frecuente en pacientes ancianos que se encuentran sobre todo en residencias, o bien al cargo de cuidadores, os facilito estas dos guías elaboradas por Nestlé Healthcare para profesionales sanitarios. Espero que os sean de utilidad.



BIBLIOGRAFÍA:
  1. Vilarasau C, Monseny R, Durán P, García EM, Elío P, Herrera V, et al.  Área temática: Enfermería/Dietética. Nutr. Hosp.  [revista en la Internet] 2010 [consutado el 16 de Marzo de 2012]. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112010000800001&lng=es.
  2. María P, Cuesta FM. Nutrición en el anciano hospitalizado. Rev Esp Geriatr Gerontol [revista en Internet] 2006 [consultado 16 de Marzo de 2012]. 41 (6): 340-56. Disponible en:  http://www.elsevier.es/es/revistas/revista-espa%C3%B1ola-geriatria-gerontologia-124/nutricion-anciano-hospitalizado-13095999-revisiones-2006
  3. Barroso J. Disfagia orofaríngea y broncoaspiración. Rev Esp Geriatr Gerontol [revista en Internet] 2009 [consultado 17 de Marzo de 2012]. 44 (2): 22-8. Disponible en:  http://www.elsevier.es/es/revistas/revista-espa%C3%B1ola-geriatria-gerontologia-124/disfagia-orofaringea-broncoaspiracion-13148322-revisiones-2009
  4. Abajo C, García S, Calabozo B, Ausín L, Casado J, Catalá MA. Protocolo de valoración, seguimiento y actuación nutricional en un centro residencial para personas mayores. Nutr Hosp [revista en Internet] 2008 [consultado 18 de Marzo de 2012]. 23 (2): 100-4. Disponible en:  http://www.nutricionhospitalaria.com/pdf/4011.pdf
  5. Tratado de Geriatría para residentes [Internet]. Madrid: Sociedad Española de Geriatría y Gerontología [acceso 17 de Marzo de 2012]. De Jiménez C, Corregidor AI, Gutiérrez C. Disfagia. Disponible en: http://www.segg.es/download.asp?file=/tratadogeriatria/PDF/S35-05%2053_III.pdf

viernes, 16 de marzo de 2012

La hipertensión arterial y la educación sanitaria...

     La hipertensión arterial se define como "un aumento de la presión arterial sistólica (PAS) mayor a 140 mm Hg, y una presión arterial diastólica mayor o igual a 90 mm Hg". Actualmente, el aumento de la presión arterial en la población geriátrica es uno de los principales motivos de consulta en los centros sanitarios, y como veremos, la figura del profesional de enfermería es esencial para realizar tareas de educación para la salud en este tipo de pacientes, para evitar sobretodo, aumentar el consumo de medicamentos; siempre y cuando no sean necesarios para el tratamiento de la patología

     La hipertensión arterial, hoy en día, goza de un importante índice de prevalencia, situándose en cifras en torno al 70 por ciento en España, otra importante razón más para que nuestras intervenciones enfermeras sean lo más eficientes, efectivas y tempranas posibles.


     Se ha observado la necesidad de implementar estrategias sanitarias con enfoque multidisciplinario que permitan desarrollar acciones educativas de alcance comunitario. Por ello, es fundamental el abordaje del paciente desde una PERSPECTIVA BIOPSICOSOCIAL, dónde el pilar de "educación no es para tratamiento, sino como tratamiento" (Gafas, 2010).

     La hipertensión conlleva una doble vertiente, es decir, es una patología en su base, así como un factor de riesgo importante de patología cardiovascular. De ahí, la importancia de las acciones educativas que debemos desempeñar los profesionales de enfermería para evitar; por un lado que comiencen un tratamiento farmacológico, y si lo llevan ya pautado, aumentar la eficacia del mismo con otras medidas no farmacológicas que se detallan más abajo.

     Ya que la prescripción de medicamentos la realiza el facultativo médico, el profesional de enfermería a parte de centrarse en que el paciente cumpla el regimen terapeutico y solucionar cualquier incidencia, debe establecer un  plan de intervenciones para educar al paciente en su patología y sus cuidados.

     Algunas de las acciones educativas que llevaremos a cabo con el paciente geriátrico  hipertenso serán:
  • Pérdida de peso en pacientes con sobrepeso u obesidad
  • Ejercicio físico:
    • Al menos durante 30 minutos
    • Adaptado a las posibilidades de cada paciente.
  • Consumo de menos de 2 g/día de sal
  • Cese del hábito tabáquico
  • Consumo moderado ó nulo de alcohol.
  • Tener en cuenta: sus habilidades y actitudes, nivel cultural, conocimientos sobre su enfermedad, e intentar establecer una relación entre la patología hipertensiva con su vida cotidiana.
¡¡¡OBJETIVO PRINCIPAL DE NUESTRAS ACCIONES ENFERMERAS!!!:


                                   CONDUCTAS INSANAS
CONDUCTAS GENERADORAS DE SALUD

BIBLIOGRAFÍA:
  1. Cordero A, Facila L, alonso A, Mezón P. Novedades en hipertensión arterial y diabetes de 2010. Rev Esp Cardiol [revista en Internet] 2011 [acceso 14 de Marzo de 2011]. 64 (1): 20-9. Disponible:  http://apps.elsevier.es/watermark/ctl_servlet?_f=10&pident_articulo=13190543&pident_usuario=0&pcontactid=&pident_revista=25&ty=116&accion=L&origen=elsevier&web=www.revespcardiol.org&lan=es&fichero=25v64nSupl.1a13190543pdf001.pdf
  2. García J, Gil B. ¿Debemos tratar la hipertensión arterial en el muy anciano? Rev Clín Esp [revista en Internet] 2008 [acceso 14 de Marzo de 2011]. 208 (10): 481-2. Disponible en:  http://www.elsevier.es/sites/default/files/elsevier/pdf/65/65v208n10a13128671pdf001.pdf
  3. Tratado de Geriatría para residentes [Internet]. Madrid: Sociedad Española de Geriatría y Gerontología [acceso 14 de Marzo de 2012]. De Soto ME, Gili P, Abellán P. Factores de riesgo cardiovascular: hipertensión arterial y dislipemias. Disponible en: http://www.segg.es/download.asp?file=/tratadogeriatria/PDF/S35-05%2029_III.pdf
  4. Gafas C. Tratamiento biopsicosocial del adulto mayor hipertenso en la comunidad desde la perspectiva de enfermería. Rev Cubana Enfermer [revista en Internet] 2010 [acceso 15 de Marzo de 2012]. 26 (3): [5]. Disponible en:  http://bvs.sld.cu/revistas/enf/vol26_3_10/enf03310.htm
  5. Armario P, Banegas J, Campo C, De la Sierra A, Gorostidi M, Hernández R. Guía Española de hipertensión arterial 2005 [monografía en Internet]. Madrid: Sociedad Española de Hipertensión - Liga Española para la lucha contra la hipertensión arterial; 2005 [acceso 16 de Marzo de 2012]. Disponible en:  http://www.seh-lelha.org/pdf/guia05_2.pdf

miércoles, 14 de marzo de 2012

Caídas... prevención y crisis económica

     Las caídas en la población anciana es uno de los grandes problemas sanitarios que se están dando actualmente en los países desarrollados, entre ellos España. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una caída es "la consecuencia de cualquier acontecimiento que precipita al individuo al suelo". Además de afectar principalmente al anciano, las caídas constituyen la principal de causa de situaciones de lesiones, incapacidad, inmovilidad, incluso llegando hasta la muerte.

     Las caídas están directamente generan una DISMINUCIÓN DE LA AUTONOMÍA del paciente, y por tanto, una merma de su ESTADO DE SALUD.

     Según la OMS, "entre el 28% y el 34% de ancianos mayores de 65 años sufren al menos una caída por año". Puede parecer que una caída es prácticamente insignificante en relación con algún tipo de patología más frecuente, como por ejemplo, los accidentes cardiovasculares, pero se ha de poner de manifiesto que una caída conlleva IMPORTANTES CONSECUENCIAS TANTO PARA EL PACIENTE, SU ENTORNO Y LA ASISTENCIA SANITARIA. Esto es debido a que las caídas son lesiones que consumen altos recursos sanitarios, por tanto, en estos tiempos de escasez económica, hay que hacer hincapié en todas aquellas medidas de PREVENCIÓN Y DISPOSITIVOS DE AYUDA que nos puedan evitar en el mayor grado posible un episodio de este tipo.

     Como toda alteración de la salud, las caídas llevan asociados factores de riesgo, entre los que se encuentran:
  • Sexo:
    • Femenino: la incidencia de caídas es mayor
    • Masculino: el número de casos nuevos de caídas es menor, aunque la muerte como complicación es más frecuente.
  • Antecedentes previos de caídas:
    • La propia caída se considera como un factor de riesgo propio de sufrir otro episodio de caída.
  • Presencia de deficiencias: motoras, visuales, cognitivas,...
  • Polifarmacia: 
    • Se ha demostrado que existe una relación entre el número de caídas y el número de fármacos que se les administran a los pacientes, disminuyendo el número de episodios de forma considerable (Sebastián et al, 2011)
  • Vivir solo 
     Una de las principales acciones del profesional de enfermería es la de proporcionar prevención y educación para la salud, en este caso concreto, para evitar las caídas. Se pueden establecer tres tipos de prevención:
  1. Primaria: 
            • Recomendar e informar sobre la realización de ejercicio físico dentro de la capacidad del paciente.
            • Revisión periódica de gafas y audífonos
            • Uso correcto de bastones, andadores y otros sistemas de ayuda
            • Aumentar la seguridad ambiental
            • Detección precoz de determinadas patologías, utilizando escalas como Timed Up and Go 
  2. Secundaria:
            • Acciones destinadas a prevenir nuevas caídas.
  3. Terciaria:
            • Adecuado tratamiento de complicaciones físicas y psicológicas
            • Rehabilitación precoz de la marcha y equilibrio
            • Evitar complicaciones (inmovilidad, úlceras por presión,...)
    

     La fractura más frecuente en el anciano es la fractura de cadera. Actualmente, el gasto sanitario en el que se incurre con este tipo de suceso es demasiado elevado. En su tratamiento hay que tener en cuenta equipos quirúrgicos, prótesis, personal sanitario cualificado, instituciones, fármacos,... por ello, una pregunta que nos debemos hacer es ¿no sería más rentable prevenir que curar una caída?, ¿nos compensa un poco más de esfuerzo en prevenir y poner todos los medios para evitar las caídas, o esperar a que ingrese en un centro y ser atendido?. 

¡Realmente merece la pena!

VIDEOS RELACIONADOS:

     En este vídeo, he querido reflejar un resumen del tema de síndrome geriátrico de las caídas, así como recordar algunas recomendaciones y pautas a seguir en este tipo de situaciones. 


BIBLIOGRAFIA:

miércoles, 29 de febrero de 2012

Delirium VS Demencia...

     Delirium y demencia son síndromes neurocognitivos de alta prevalencia en el anciano, y en las personas mayores, ambos cuadros coinciden  con frecuencia en el mismo paciente y comparten aspectos clínicos” (Martín, 2008)

     El delirium es un síndrome clínico caracterizado por la alteración de la consciencia y la atención, afectación de las funciones cognitivas, de presentación aguda y curso fluctuante y  generalmente va acompañado de etiología médica o tóxica. Sin embargo, la demencia se caracteriza por un deterioro más o menos global de las distintas funciones cognitivas

     "El delirium se presenta en muchas ocasiones en pacientes hospitalizados, y supone una gran inversión en recursos, y si no se trata de forma correcta, puede llegar hasta ocasionar la muerte. Se asocia con trastornos orgánicos cerebrales" (González, 2003). El delirium posee distintos factores de riesgo entre los que se encuentran:
        1. Ser mayor de 70 años
        2. Pluripatología
        3. Deterioro cognitivo previo
        4. Antecedentes de delirium
        5. Antecedentes de toxicomanía
        6. Polifarmacia
        7. Inmovilidad prolongada.
     


     Como se ha citado anteriormente, ambos síndromes se dan con mucha frecuencia en el mismo paciente al mismo tiempo, y como profesionales sanitarios debemos de intentar saber discernir entre episodios de delirium y demencia, aunque en el anciano, podrían darse episodios de delirium en una demencia, pero no viceversa.

     
   Según la clasificación de la DSM-IV, se puede establecer los siguientes criterios diagnósticos:
  • Delirium en personas ancianas:
    • Debe existir una alteración de la consciencia, así como en el nivel de atención y alerta
    • Presencia de cambios en las funciones cognitivas
    • Presencia de cambios perceptivos (alucinaciones)
    • Cuadro agudo
    • Fluctuación durante el día
  • Demencia en personas ancianas:
    • Presencia de múltiples déficits cognitivos:
      • Al menos, siempre debe incluir la afectación de la memoria y otro déficit
    • Evolución crónica y progresiva
    • Actividad social o laboral mermada por los déficits
     Actualmente, no existe evidencia científica suficiente que nos haga discernir claramente en el campo de la geriatría y gerontología, de la distinción de ambos síndromes neurocognitivos, por tanto, se debe de profundizar más en estudios de investigación patogénicos, epidemiológicos y clínicos, con el fin de que nuestros diagnósticos de enfermería, así como los cuidados a pautar sean los correctos ante este tipo de patologías, y así poder satisfacer correctamente las necesidades de nuestros pacientes, y no dejarlos solos ante unas perspectivas de vida que no son reales, por tanto, la función de apoyo del profesional de enfermería es esencial tanto con el paciente, como con los cuidadores principales, y como nexo de unión entre el equipo multidisciplinar y el entorno del paciente.

BIBLIOGRAFIA